1 – EXT. CABINA TELEFÓNICA – NOCHE

Una cabina telefónica antigua, en mitad de la ciudad y la noche. Luces raudas atraviesan la intimidad del recinto vidriado generadas por los coches que pasan, que se conjugan con las marquesinas vecinas. Martin, de espaldas, tiene la bocina al oído. La escena va girando a su alrededor.

MARTIN

Al regresar, el hombre estaba dentro de mi apartamento, Anne. Había cortado la electricidad y se escondía en las sombras.

El rostro preocupado de Martin gana el costado de la imagen. Por detrás, se advierte la ciudad, desenfocada, hecha de indefinidos trazos dinámicos de colores.

MARTIN (CONT’D)

Jamás llegué a verle. Pero había una fami­liaridad extra­ordi­na­ria en su voz. En toda la situa­ción. Aun cuando me había arro­jado una ame­naza, sostuvo que había parti­cipado en el ­ y la ten­sión se desva­neció. Tenía ante mí… al hombre al que le había salvado la vida.

ANNE (V.O.)
(con la voz afectada)

Martin… escúchame.

2 – INT. CASA DE ANNE – NOCHE

Anne está sentada a la mesa de su cocina, asustada. La mano que sostiene el teléfono le tiembla.

MARTIN (V.O.)

Los interrogantes que después for­muló des­ga­rraron mi pecho. Tuve que vencer todo aquello que había atena­zado mi gar­ganta por años para respon­derlos. Cosas que nunca pude decir, ni siquiera a ti...

Anne se mueve impaciente en su silla. Ya no puede esperar más.

ANNE
(imponiéndose)

Escúchame, Martin, lo siento. Lamen­to inte­rrumpir­te. Sé que estás tratando de de­cirme algo impor­tan­te, pero es que... se me hace impo­sible. Ha sucedido algo extra­ordi­nario que va a alterar nues­tras vi­das definitiva­mente.

Martin interrumpe su relato. El miedo que identifica en la voz de Anne se le pega en la mirada. A su alrededor, las luces de la ciudad viran al rojo de amenaza.

ANNE
(continúa)

En este año que te marcharas, salí al­gunas veces con otro hom­bre. Nunca me ena­moré de él, Martin, no forjé senti­miento alguno. Es solo que… no quería estar sola, no sabía qué sería de nosotros. Si es que habría un nosotros otra vez.

Anne tiene la vista fija en algún punto frente a sí, los ojos anegados de lágrimas. Respira y se traga la tristeza.

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